lunes, 4 de mayo de 2020

Soneto 31. Perdón si aburro, pero me duele una

Perdón si aburro, pero me duele una
pierna, en concreto la izquierda. Parece
burda, concedo, esta emoción que acuna
mi cabeza. Inclusive comparece
en mi contra, apostada en su tribuna,
la habitual voz censora que entumece
corazón, lengua y pluma. Me importuna
con duras acusaciones y acrece
mi dolor, añadiendo la vergüenza
de padecerlo. De egoísta y penoso
me tilda y peores insultos trenza.
Contesto: ¿qué demiurgo minucioso
el arte reglará dónde comienza
si doliente he de crear, ya lloroso?