miércoles, 6 de febrero de 2019

Soneto 20. Antonio Varas

Me vi en tiempos, la noche calurosa
encima, deambulando escorado
sobre aceras pasear azorado
del vino la pisada temblorosa,
mas firme la inocencia codiciosa,
ni tanto ni tan poco emborrachado
para dar por pagado el noviciado
ni apaciguar la mente luminosa.
Así caminaba y me preguntaba 
¿detrás de qué ventana amarillenta
aquella niña de mirada atenta
estaba?, ¿acaso conmigo soñaba?
Frente a cada fenestra consultaba:
una, unas varias, diez, veinte y cincuenta
no trepadas por falta de herramienta,
sin traslucirme indicio las pasaba.
Mas mandó el plan regulador errar,
ni en Bilbao ni en Pocuro encontré
mi anhelo y me perdí la matiné
del poco accionar y el mucho añorar.
Pero Dios existe y milagros obra,
aquello que no hiciera yo por mí,
por sí avino libre de frenesí.
¡La suerte de entonces aún me sobra!,
también lo sabrías si preguntaras,
lo testifica el mismo Antonio Varas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario