Bajo una tarde bruñida por un sol cobrizo convocó el Maestro a sus discípulos, sobre un pequeño promontorio cubierto de hierba, para dictarles otro de sus iluminadores sermones.
El Maestro tomó asiento en la cima del promontorio y abrió un grueso volumen titulado Tratado de botánica. Abierto en una precisa página, lo volteó y enseñó a sus seguidores —lo que parecía ser— la ilustración de una flor que ocupaba casi toda la carilla y así les habló:
—¿Qué es esto? —inquirió el Maestro mientras miraba absorto el volumen.
Esta vez ningún discípulo se atrevió a contestar. Se arrastró el silencio lo suficiente como para que el Maestro concediera a sus acólitos algo de ayuda, así que les dio las siguientes opciones:
1. Una flor.
2. Una ilustración de una flor.
El Maestro tomó asiento en la cima del promontorio y abrió un grueso volumen titulado Tratado de botánica. Abierto en una precisa página, lo volteó y enseñó a sus seguidores —lo que parecía ser— la ilustración de una flor que ocupaba casi toda la carilla y así les habló:
—¿Qué es esto? —inquirió el Maestro mientras miraba absorto el volumen.
Esta vez ningún discípulo se atrevió a contestar. Se arrastró el silencio lo suficiente como para que el Maestro concediera a sus acólitos algo de ayuda, así que les dio las siguientes opciones:
1. Una flor.
2. Una ilustración de una flor.
3. Un libro que contiene una ilustración de una flor.
4. Un cuerpo sólido y, por tanto, dotado de extensión.
5. Una idea.
6. Una mentira.
7. Una obra de arte.
8. Una obra científica.
9. Una representación metafórica del pensamiento.
10. Una parábola.
11. Una parábola de una parábola.
12. Un mal chiste.
13. Una genialidad.
Y de este jaez un infinito etcétera.
Y de este jaez un infinito etcétera.
Para la primera lección de botánica ver el cuento 9.1.
ResponderEliminarLlegó el momento en que el miedo al ridículo superó al deseo de acertar.
ResponderEliminarLección aprendida.
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