lunes, 10 de junio de 2019

Poesía. Inteligente, guapo y generoso

Entre tanta gente ella me vio,
me sonrió y me dijo:
Quiero conocerte.
Yo no comprendí, pero estuve de acuerdo.
Mientras tanto
el verano se enfriaba tras cada nuevo día
hasta que me dijo:

Te he visto leyendo muchos libros,
eres inteligente,
la gente inteligente lee libros.

Yo asentí:
soy inteligente, porque leo libros.

Noto que siempre vas bien afeitado,
eres guapo,
los hombres guapos van afeitados.

Yo asentí:
soy guapo, porque voy afeitado.
Siempre pagas tú,
eres generoso,
la gente buena es generosa.

Yo asentí:
soy bueno, porque soy generoso.
Inteligente, guapo y generoso,
sonaba bien, me gustaba ser así.
Ella me había descubierto.
Te amo.
Yo también te amo, porque eres
inteligente, guapo y generoso.
Un día cualquiera
no tuve dinero para ser generoso
ni tiempo de afeitarme
ni ánimo para leer.
Pero no importaba ya el dinero, las navajas ni los libros,
entonces importaba ella.
Te amo.
Ya no te amo, ya no eres
inteligente, guapo y generoso.
nunca lo fuiste,
en realidad eres estúpido, feo y mezquino.
Me engañaste,
te odio.

Ahora estoy solo
sigo leyendo libros,
sigo yendo afeitado
y no he dejado de pagar.
Pero ya no soy inteligente, guapo ni generoso,
nunca lo fui.
Yo la engañé.

Ahora soy solo yo.

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