otro días gris en la ciudad,
mas encontré en la rutina piedad
porque hoy he visto un colibrí.
La naturaleza redescubrí,
— más alegría menos gravedad—
un minuto de afable ociosidad.
Esta mañana he visto un colibrí.
Del Polo Norte a la Tierra del Fuego,
doquiera en el mundo llamado "nuevo"
te sorprende el picaflor con su juego.
Desde ahora el total solaz promuevo,
recreo, templanza, placer, sosiego:
dicha volátil nacida de un huevo.
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